Joe Barcala
21 de noviembre
Claro está que con historias como la del Rey Midas, la sociedad en general no deseaba la ambición económica por miedo a sufrir lo que el rey de la historia vivió. Al tiempo que las iglesias con las frases de "pobre de corazón", "ser misericordiosos", "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja..." mantenían al "populos" en la pobreza a gusto a muchos.
Algunos grupos sociales, hartos de que una pequeña cofradía se apoderara de todo, intentaron despertar a los más amolados, haciéndoles ver que les estaban robando. La gente no despertó.
Vinieron películas, libros, movimientos sociales, pero nada, la gente seguía sin despertar.
Finalmente llegó el consumismo y resolvió el problema. A la gente le gustó consumir y entonces requirió dinero para consumir, para tener internet, coche, casa, ropa, cine, televisión, etc. Entonces la gente despertó a la ambición. ¡Finalmente!
Ya era un poco tarde, unos cuantos tenían tanto dinero y poder que no permitieron a la gente hacerse de una vida cómoda económicamente. Así es como se inventaron las crisis, los aumentos en los impuestos y la inflación. La gente se creyó que eso era el problema y se tuvo que fletar duro para ganar unos cuantos pesos. Se había creado la esclavitud de la era moderna: el empleo mal pagado.
Joe Barcala
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