En realidad son dos géneros literarios distintos. Los puntos de comparación son pocos, porque no se puede poner a competir una descripción en texto, por muy florida y puntual que sea con la imagen. Suponga que le están contando cómo le fue a un amigo en su campamento. Le dirán que las formaciones rocosas tenían una cueva donde nacía el agua y mucho más. Finalmente le muestran las fotografías y lógicamente lo que se imaginó quedó muy limitado en su descripción. Ya saben, una imagen dice más que mil palabras.
Tampoco es justa la comparación para las películas en la imaginación producida en el lector; la película deja poco, el libro te invita a crear, a volar, a soñar. Tú mismo, como lector, edificas un mundo con tu estilo personal, representando en él tus sueños y deseos, tus miedos y locuras.
En cuanto a la adaptación de un guión y su producción en cine, dependerá de muchos factores, en especial del presupuesto, de la calidad histriónica de los actores, del arte inspirado del director, la musicalización, la fotografía, etc.
Si fuera a la inversa, es decir, que de una película se escribiera un libro, sería aun más difícil, porque se trataría de describir lo sucedido en las escenas filmadas y la comparación nuevamente se volvería injusta. Este también es el caso de quienes escriben un libro sobre acontecimientos reales como guerras, revoluciones, catástrofes naturales, etc., donde el autor requiere investigar mucho sobre el suceso para hace verosímil su historia.
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